Breve biografía de San Daniel Comboni

Daniel Comboni nace en Limone Sul Garda (Italia) el 15 de marzo de 1831.El 31 de diciembre de 1854

 es ordenado sacerdote.El 10 de septiembre de 1857

 zarpa de Trieste (Italia) con la expedición del Instituto Mazza hacia el África Central. Es su primer viaja a África. Realizará siete viajes más al continente durante su vida.El 15 de septiembre de 1864

, mientras reza ante la tumba de San Pedro en Roma, concibe su “Plan para la Regeneración de África”. El 1 de junio de 1867

 funda en Verona el Instituto para las Misiones de África como parte de la Sociedad del Buen Pastor, una asociación misionera internacional.El 24 de junio de 1870

 prepara un documento para presentar a los Padres conciliares del Vaticano I: Postulatum pro Nigris Africae Centralis. Lo acompaña con una carta circular firmada por un importante grupo de obispos y aprobada el 18 de julio por el Papa Pío IX.

El 1 de enero de 1872 funda, también a Verona, el Instituto de las Pías Madres de la Nigrizia. 

El 12 de agosto de 1877 es consagrado obispo para el Vicariato del África Central. 

Muere en Jartum (Sudán), víctima de las fiebres, el 10 de octubre de 1881. Tenía solo 50 años. Fue beatificado en Roma el 17 de marzo de 1996 y canonizado el 5 de octubre de 2003, también en Roma.

Conocer a Comboni

Durante la segunda mitad del siglo XIX, el África subsahariana se revelará al mundo como una fuente inmensa de materias primas. En muchos casos, la llegada del «hombre blanco» al «continente negro» convulsionó la vida de los africanos. Muchos fueron forzados a vivir dentro de una situación de dominación y de inferioridad comercial y militar.

Comboni no tardó en denunciar las condiciones de vida de los africanos. En su primer viaje de 1857 experimenta en su propia carne las dificultades de la misión en África y afianza su vocación misionera y africana. Comboni demuestra un gran interés por las culturas y lenguas de las tribus con las que convive consciente de la importancia de conocer mejor al hombre y la mujer de África como paso previo al anuncio del Evangelio.

Sería un error juzgar el horizonte teológico de Comboni desde nuestra realidad actual. Pero hay elementos que por su afinidad con el núcleo central del Evangelio tienen una validez permanente y universal. Comboni se descubre a sí mismo como un instrumento de la Gracia salvadora de Dios para aquellos que eran más vulnerables.

A la vocación misionera de llevar el Evangelio al África Central, San Daniel Comboni dedicará todas sus energías, hasta el último aliento. Nunca será un teórico de la misión sino que se lanza a ella y a través de ensayos, muchos de ellos fallidos, desarrolla una metodología misionera práctica y realista.

San Daniel Comboni se siente hermano de los africanos, a quienes considera como pertenecientes a su misma familia. A los europeos los corresponsabiliza fraternalmente en la evangelización de África. La misión lo hará también padre de las primeras comunidades cristianas en África Central.

En muchos aspectos, San Daniel Comboni aparece como un gran precursor y profeta: pionero de la misión en África Central, su Plan para la Regeneración de África, su mensaje a los padres del Concilio Vaticano I en favor de los africanos, la incorporación de los laicos y de la mujer consagrada a la misión directa, la confianza total en los africanos (su «salvar África por medio de África»), su visión eclesial e internacional de la tarea misionera, la idea globalizante de la misión (evangelización, animación misionera, formación de futuros misioneros).

Espiritualidad

La espiritualidad comboniana de dedicación total a la Misión está fundamentada en la vida y en el carisma de nuestro fundador, San Daniel Comboni. Su vida está marcada por un incansable compromiso con la misión de la Iglesia, hacia los más necesitados.

Hacer causa común con la gente: La misión no es una actividad de un grupo en favor de otro, sino que es un esfuerzo común de liberación. El misionero comparte todo lo que sea posible la vida de la gente con la que camina.

Los más pobres y abandonados han sido una constante en la tradición de la historia de la Iglesia. De hecho muchas de las órdenes e institutos religiosos que nacieron a lo largo de la historia tienen su génesis en el descubrimiento de nuevas formas de pobreza. Comboni no fue una excepción. No sólo la pobreza de la esclavitud, sino también la pobreza de no tener acceso a la fuerza del Evangelio, hizo a Comboni ver en los africanos a los más pobres y abandonados de su tiempo. 

El Sagrado Corazón de Jesús es la fuente de la espiritualidad comboniana. El nos revela el Amor incondicional de Dios que se entrega por toda la humanidad sobre la cruz.

Comunidad: La vida comunitaria es una dimensión esencial de la vida del misionero. Con ella da testimonio de la nueva comunidad fraterna en el Espíritu.